Una en blanco y negro
otra de colorines.
-Las hizo mi madre-, me dijiste.
Allí las tienes en el pasillo de la entrada.
Una tras otra, en bolsas,
me dijiste tres veces que
querías llevarlas a lavar.
Pero no arrancamos.
Te irás como las oscuras golondrinas
y ahí seguirán
las mantas sin lavar.